Las pruebas A/B (conocidas en inglés como A/B testing) son un método mediante el cual podemos comparar dos versiones de un sitio web, un banner, un mail, el título de un artículo o cualquier elemento entre sí para determinar cuál funciona mejor. La creación de dos versiones de dichos elementos puede potencialmente validar nuevos cambios en el diseño, probar teorías y mejorar significativamente la tasa de conversión de nuestros esfuerzos digitales.
Los A/B tests permiten optimizar distintos componentes evitando a toda costa actuar basados únicamente en conjeturas y promueven la toma de decisiones fundamentadas en datos, no en paradigmas ni en respuestas como ¨Así lo quiere el jefe¨. Al cuantificar de manera precisa y preciosa el impacto que cada versión o cambio tiene en sus métricas podemos garantizar obtener los mejores resultados posibles.
A pesar de todas las virtudes englobadas en los dos párrafos anteriores, el uso de las pruebas constantes en la gran mayoría de las empresas latinoamericanas simplemente no sucede. Por increíble que parezca, lo más común son dos versiones de banners para optimizar una campaña al arrancar y no mucho más.
Platicando y preguntando al respecto a gente del medio (tanto agencias como anunciantes) recibí una lista casi interminable de razones por las que creían que esto sucedía, entre ellas destacaban por su frecuencia:
- Apenas tenemos tiempo para lograr una versión aprobada
- No tenemos presupuesto para pruebas
- No sabía que era posible
- Mi agencia no me lo propone
- Pensé que algo así tomaba mucho tiempo en funcionar
Al sumar las respuestas me di cuenta que existe una enorme oportunidad en ambos lados de la balanza que muy pocos están capitalizando y que además genera un desperdicio importante respecto a otros de los esfuerzos de mercadotecnia.
Instalar una cultura de A/B testing no es cosa menor, requiere un compromiso constante en tiempo, propuesta y apertura de los actores fundamentales de diversas áreas y socios estratégicos. Aunque todas las empresas deberían intentarlo, tristemente no todas están listas para llevarlo a cabo. Lo que puedo afirmar sin temor a equivocarme es que lograr hacerlo puede ser la mejor inversión de una marca y el sueño hecho realidad de cualquier mercadólogo: Conocer en tiempo ral la respuesta de una muestra de clientes o prospectos en tiempo real ante distintas opciones y poder actuar en consecuencia para conseguir cada vez mejores resultados.
Aunque nunca es tarde para comenzar a probar, cada día que pasa sin hacerlo es un desperdicio.
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