Las personalidades políticas se han convertido en personajes que están impactados en todo momento por la capacidad de comunicación de las redes, en donde las audiencias masivas y la inmediatez plantea protocolos en los que entiendan la dimensión de cometer un error.
Ejemplo de ello acaba de ocurrir con Theresa May, cuando la primera ministra británica generó críticas en redes sociales, luego de que se unió tarde a una ola en un partido de futbol (amistoso entre las selecciones de Inglaterra y Francia), con lo que bastó para generar los comentarios en Twitter.
Anteriormente, durante una reunión con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, donde anunciaron un plan conjunto contra el terrrorismo, la primera ministra perdió el control sobre las hojas de su discurso, por lo que el viento las voló generando una escena de nueva cuenta criticada por los usuarios en redes.
Inglaterra palmando y Theresa May intentando iniciar una ola en el estadio (sin mucho éxito). Prospectivas del Brexit. http://pic.twitter.com/CAmIWZXPQL
— raymakov (@raymakov) 13 de junio de 2017
Theresa May showing she can’t control the British papers after the election disaster. http://pic.twitter.com/sItnWlUjhd
— Jason Wilson (@WhizzoUK) 13 de junio de 2017
Ante la necesidad de entender el impacto de social media en las estrategias de marketing político digital, comunicarse dentro del mercado electoral a través de las redes sociales, se ha vuelto una tendencia que se ha extendido globalmente, por la oportunidad que plantean para generar conversación social con ciudadanos y electores.
A través de estos canales resulta interesante descubrir el perfil de los ciudadanos con los que se conversa, a partir de la Big Data que generan y por lo tanto, las oportunidades que esto representa para el ciudadano.
Lo anterior ha hecho que muchos políticos y candidatos basen su comunicación en sus cuentas de redes sociales, no solo como una forma de lograr amplificar el mensaje de sus campañas, se trata de cumplir con una obligación (aunque no siempre es efectiva) con que el mercado político se ha adaptado a un mercado donde los electores digitales son un segmento sumamente interesante.
Con base en esto resulta interesante descubrir que la participación de políticos y candidatos en redes ha abierto la puerta a la generación de segmentos como los bots, con los se ha generado información que abren la pauta para entender al electorado desde la Big Data, en un momento en que su generación nos da la oportunidad de medir digitalmente al mercado.
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