lunes, 29 de enero de 2018

¿Qué quieren ser los niños de grandes? Influencers o youtubers es lo que responden

Ser influencer o youtuber parece que es la aspiración del momento, al menos eso descubrió Adecco cuando en una encuesta de 2017 entrevistó a dos mil niños.

Durante las entrevistas, los cargos de youtuber e influencer comenzaron a sonar ente los pequeños encuestados y es que con el impacto que la tecnología ha tenido en la comunicación social de los usuarios de internet, estas propuestas llaman la atención, sobre todo cuando el desastre que hay detrás de esta industria.

Hasta 2017, el marketing de influencia era visto como una actividad que se integraría a todas las actividades del departamento de mercadotecnia con que cuentan las marcas.

Linquia incluso descubrió que el presupuesto se incrementaría para el 48 por ciento de los mercadólogos encuestados dentro de Estados Unidos en 2017, sin embargo, pese al ánimo que parecen tener los profesionales detrás de las marcas, la industria que han conformado los influencers parece estar llena con más dudas que resultados en la inversión que dedican hacia estas personalidades.

1. Las marcas se rebelan
Cada vez son más los casos en que marcas se muestran consternadas por la actitud que los influencers han tomado al buscar construir colaboraciones, bajo condiciones que no garantizan su influencia en un segmento especializado, no cuentan con una temática específica y su estrategia de comunicación con la que se promocionan poco tiene de marketing en ella.

Ejemplo de ello lo encontramos con las marcas mencionadas por El Confidencial: el hotel Charleville Lodge en Reino Unido; el hotel Meliá y el restaurante Diverxo en España. Todas estas marcas se han preocupado por el presunto interés de influencers de promocionar sus lugares a cabo de comida y habitaciones gratis, sin embargo, en el caso de algunas se han decidido a negarles el servicio gratuito, con publicaciones en Twitter que se han hecho virales en redes o acudiendo a agencias especializadas en la gestión y verificación de influencers que garanticen una inversión de calidad para las marcas.

2. Pobre estrategia de marketing
La estrategia de venta de muchos influencers ha sido la de usar sus pocos seguidores en redes junto a un simple mensaje que escriben en un correo electrónico.

Esto ha provocado una degeneración del perfil influencer, que se supone debe apelar en todo momento al contenido orgánico, para poder crear pautas ganadoras en estrategias como embajadores de marca, reviews de productos, menciones de marcas, cobertura de medios, contenido patrocinado o links afiliados, tal como lo describió TapInfluence y Altimeter, en estudios donde descubrieron las tácticas de marketing de influencia más efectivas dentro de Estados Unidos.

3. Fervor por las redes sociales
La atención que el marketing digital ha provocado en el mercado ha llevado el interés de las marcas a segmentos como las redes sociales, donde la influencia se ha detonado como una profesión, en donde poco se recuerda el interés que generaba la realización de estos contenidos por simple ocio. Ahora existen una serie de puntos que las marcas deben revisar antes de colaborar con un influencer: retorno de inversión, identificación entre los valores del influencer con los valores de la marca conocer la audiencia a la que debe llegar la marca y comprobar que existen seguidores reales detrás del influencer con el que se va a colaborar, así como el perfil de la audiencia a la que se dirigen estas marcas.

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