viernes, 11 de mayo de 2018

Arctic Monkeys y las expectativas incumplidas del consumidor: ¿qué hizo mal la banda británica?

Sea cual sea el producto del que hablemos, una de las exigencias recurrentes entre las audiencias y consumidores es la innovación. Sin embargo, hablamos de un camino que esconde tanto grandes oportunidades como importantes desafíos y situaciones como la que ahora vive la banda de rock Arctic Monkeys con el lanzamiento de su nuevo disco.

Luego de seis años de ausencia, la agrupación británica anunció la llegada de su producción Tranquility Base Hotel + Casino, en la cual experimenta con nuevos sonidos y letras, mismas que a decir de sus seguidores, poco tienen que ver con la esencia del grupo.

Algunos especialistas en el tema indican que esto no es nada nuevo; para muchos, desde hace poco más de una década, la banda ha experimentado con ritmos diferenciados en sus producciones. Sin embargo, las audiencias han calificado este nuevo material como algo más “comercial” antes que un disco fiel y representativo del icónico rock inglés, con lo que las expresiones de molestia y desacuerdo en redes sociales no se han hecho esperar.

En mercados como el mexicano, la conversación alrededor de este tema ha logrado posicionarse -hasta el momento- en la tercera posición entre las tendencias del día.

De esta manera, de acuerdo con mediciones de Tweetreach, con el término “Arctic Monkeys” la situación alcanza 4 millones 894 mil 744 impresiones así como 3 millones 480 mil 875 cuentas alcanzadas en plataformas como Twitter.

Más allá de las opiniones divididas sobre el nuevo material discográfico, el caso de Arctic Monkeys pone sobre la mesa un hecho que ninguna marca debe pasar por alto cuando de sumarse a la innovación se trata.

En principio es justo indicar que, según cifras de BrandSpark, el 83 por ciento de los consumidores se dice dispuesto a probar de manera recurrente nuevos productos, mientras que el 74 por ciento de los mismos afirma que pagaría más por una propuesta comercial nueva que ofreciera mejores valores agregados que la oferta actual.

Datos publicados por TNS indican que de aquello que las marcas identifican como ‘innovación’ en su oferta sólo el 15 por ciento corresponden a propuestas que cumplen con dicho concepto, con lo que 82 por ciento se refiere a extensiones de línea y 3 por ciento a relanzamientos.

De esta manera, no resulta extraño que tal y como refieren desde Gartner, el 83 por ciento del presupuesto que destina una marca para marketing se utiliza en la innovación del producto o servicio que ofrece.

Si bien las inversiones están puestas, esto de nada sirve si las marcas no entienden un elemento fundamental: Innovación nunca debería de ser sinónimo de pérdida de identidad o reducción de la esencia de cualquier marca.

Aunque esto podría parecer algo obvio, lo cierto es que diversos ejemplos de rebranding, nuevos lanzamiento, rediseño de empaque o la apertura de nuevas líneas de negocio dejan en claro que se trata de un aspecto que más de una firma olvida y que tal y como lo demuestra el caso de Arctic Monkeys puede dar a cualquier innovación un sentido contrario a lo que los intereses de la marca y su negocio esperan.

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